La discrepancia entre la Secretaría de Salud y la Fiscalía de Nuevo León ha generado un debate urgente sobre la magnitud de los suicidios en la entidad. Mientras la dependencia estatal asegura que desde 2023 hay una tendencia a la baja, la Fiscalía insiste en que se superan los 400 casos anuales. El contraste evidencia la falta de datos claros y la necesidad de reforzar la salud mental como prioridad pública.
Autoridades No Coinciden En Reportes De Suicidios
La titular de Salud estatal, Alma Rosa Marroquín, explicó en conferencia de prensa que el 2022 fue el año más crítico. En ese periodo se registraron 385 casos, y a partir de entonces se percibe un descenso. Según sus estimaciones, la tasa actual en Nuevo León es de 6.2 por cada 100 mil habitantes, un promedio similar al nacional.
No obstante, la Fiscalía ofrece un panorama distinto. Sus registros indican que desde 2020 los suicidios han rebasado los 400 casos por año. Los datos provienen de la Dirección de Servicios Periciales y se contraponen a las gráficas mostradas por la Secretaría de Salud.
La disparidad no es menor. Hablamos de alrededor de 40 casos de diferencia en un tema donde cada número representa una vida perdida. Marroquín reconoció la discrepancia y aseguró que se revisarán los criterios de registro para unificar la información.

Suicidios En Nuevo León Reflejan Crisis De Salud Mental
Los años de la pandemia fueron un punto de quiebre. El confinamiento, el aislamiento y la suspensión de actividades detonaron un aumento de los casos. Muchas personas enfrentaron soledad, incertidumbre económica y problemas familiares que terminaron por afectar su estabilidad emocional.
Ahora, el Gobierno estatal afirma que la curva comienza a descender. Sin embargo, para la Fiscalía, no hay señales de reducción real. Sus números muestran una línea constante de más de 400 suicidios anuales. Esa contradicción genera desconfianza en la ciudadanía y pone en duda la eficacia de las estrategias implementadas.
Al final, lo que queda claro es que el problema existe y que los datos contradictorios no ayudan a resolverlo. El tema debería ser abordado con coordinación absoluta entre instituciones, pues se trata de una de las problemáticas más sensibles de la salud mental.
Déficit De Especialistas Y Recursos Limitados
Además de la falta de consenso en las cifras, la Secretaría de Salud reconoció otra dificultad: la escasez de especialistas en el área de salud mental. La carencia de psiquiatras, psicólogos clínicos y trabajadores sociales para Nuevo León limita la capacidad de atención en hospitales y clínicas públicas.
Para compensar, la dependencia ha capacitado a médicos de otras áreas en detección temprana de riesgos emocionales. Si bien la medida busca dar respuesta inmediata, no reemplaza la formación de especialistas. La atención que reciben muchos pacientes termina siendo parcial y no siempre adecuada.
Este déficit se traduce en largas listas de espera, atención intermitente y familias que no logran acceder a programas de prevención. Al mismo tiempo, los recursos destinados a campañas de concientización son limitados y carecen de continuidad.
El panorama resulta preocupante. Con un sistema debilitado, la respuesta institucional queda por debajo de la magnitud del problema. Y lo más grave: se pierden oportunidades de salvar vidas.
La Urgencia De Priorizar La Salud Mental
La discusión no debe quedarse en un debate técnico de cifras. El choque entre Salud y la Fiscalía refleja un problema de fondo: la salud mental sigue sin ser tratada como prioridad en la agenda gubernamental de Samuel García.
Cada año, más de 400 familias en Nuevo León enfrentan la pérdida de un ser querido por suicidio. Detrás de esas cifras hay historias de dolor, de personas que no recibieron ayuda a tiempo, de comunidades que siguen sin contar con redes de apoyo.
La ciudadanía exige claridad en los datos, pero también acciones concretas. Se necesitan presupuestos específicos, programas preventivos en escuelas, acceso a terapias asequibles y campañas que reduzcan el estigma alrededor de pedir ayuda.
El discurso oficial debe acompañarse de hechos. No basta con decir que las cifras bajan si al mismo tiempo se reconoce que no hay suficientes especialistas ni recursos.
Estrategias Y Coordinación Para Superar La Crisis
El primer paso para enfrentar esta problemática es la transparencia. El gobierno estatal y Fiscalía deben trabajar juntos, solo con datos consistentes se podrán diseñar políticas públicas efectivas.
El segundo paso es fortalecer la infraestructura en salud mental. Esto implica abrir más centros de atención, contratar especialistas y garantizar que en cada hospital exista personal capacitado. También se requiere llevar programas a las comunidades, donde muchas veces el problema se oculta por falta de información.
Finalmente, es indispensable involucrar a la sociedad. La prevención del suicidio no es solo tarea de las autoridades. Escuelas, empresas y familias deben formar parte de una estrategia amplia. La sensibilización y la detección temprana son herramientas clave para evitar tragedias.
El debate actual abre una ventana de oportunidad. La discrepancia entre cifras no debe quedarse como un episodio aislado. Es el momento de transformar la conversación en acciones conjuntas que pongan la salud mental en el lugar que merece: como una prioridad de vida o muerte.
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