Nuevo León cerró el primer trimestre de 2025 con un incremento del 37.8% en sus adeudos a proveedores y contratistas, alcanzando un total de 2 mil 912.7 millones de pesos, según datos del Sistema de Alertas de la Secretaría de Hacienda. Este aumento coloca al estado entre los seis con mayor deuda de este tipo en el país, tanto por monto acumulado como por alza porcentual anual.
La cifra representa un crecimiento acelerado respecto a ejercicios anteriores, y coloca nuevamente el foco sobre el manejo financiero del Gobierno estatal, especialmente en lo que respecta a sus compromisos de corto plazo. A nivel nacional, el conjunto de estados acumula 54 mil 405.4 millones de pesos en deuda con proveedores, lo que implica un crecimiento del 4.3% respecto al mismo periodo del año anterior.
Suben pasivos pese a semáforo verde
Aunque el semáforo fiscal federal aún ubica a Nuevo León en color verde, es decir, con un endeudamiento considerado “sostenible”, varios indicadores muestran un crecimiento que enciende alertas. En el primer indicador, que evalúa la proporción de deuda pública frente a los ingresos de libre disposición, el estado subió de 90.9% a 94.7% en un año. De superar el 100%, pasaría al nivel “amarillo”, lo cual implicaría vigilancia adicional.
En el segundo indicador, relacionado con el servicio de la deuda, es decir, el pago de intereses y amortizaciones, Nuevo León ya se encuentra en zona amarilla, con 11.6% de sus ingresos comprometidos, frente al 10.9% registrado en 2024. Estos datos sugieren una presión creciente sobre las finanzas operativas de la administración estatal.

Nuevo León, segundo estado con más adeudos
El saldo total de la deuda pública del estado, incluyendo organismos y entes públicos, fue de 102 mil 186 millones de pesos al cierre del trimestre. Aunque esta cifra es ligeramente menor en términos anuales (una baja de 0.7%), mantiene a Nuevo León como la segunda entidad más endeudada del país, sólo por detrás de la Ciudad de México.
En contraste, los municipios del estado reportaron un leve descenso en sus niveles de endeudamiento. En conjunto, deben 3 mil 964 millones de pesos, una reducción del 0.6% respecto al año anterior. Aun así, la presión financiera recae principalmente en el ámbito estatal.
Afectaciones directas a empresas
De acuerdo con Daniela Balbino, especialista en finanzas públicas, uno de los mayores problemas de esta situación es que los retrasos en los pagos afectan directamente a los proveedores, en especial a los de menor tamaño, que no tienen capacidad para operar con márgenes ajustados.
“Es deuda de corto plazo, y aunque por tamaño de ingresos el estado puede absorberla, los retrasos perjudican la operación de muchas empresas”, explicó. Balbino también atribuyó parte del incremento de los pasivos a problemas de insuficiencia presupuestaria, que podrían agravarse si no se corrige el ritmo de gasto y de asignación de recursos.
La experta advirtió que este tipo de deuda, aunque manejable para las arcas estatales, puede comprometer la credibilidad del Gobierno con sus proveedores, así como generar una percepción de desorden financiero si se mantiene sin control.
¿Quieres saber más sobre el tema?
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