La detención de Luis ‘N’, un activista que protestaba contra el aumento a las tarifas del transporte público en Nuevo León, ha encendido una discusión pública sobre el respeto a los derechos humanos y el uso de la fuerza en manifestaciones sociales. Mientras avanza el proceso legal en su contra, colectivos y organizaciones civiles mantienen la denuncia de presuntas irregularidades cometidas durante su aprehensión.
El caso, ocurrido a las puertas del Palacio de Gobierno, ha evidenciado nuevamente las tensiones entre los movimientos ciudadanos y las autoridades de Nuevo León, en un momento en que la protesta social busca abrirse paso en un entorno cada vez más controlado.
Arresto y acusaciones oficiales
Luis ‘N’, de 38 años e integrante del colectivo “Voz de los Usuarios”, fue detenido el sábado 20 de abril en la Explanada de los Héroes, durante una manifestación contra el llamado “tarifazo”. Según la versión de las autoridades, el manifestante habría agredido a elementos de Fuerza Civil y causado daños a la fachada del Palacio de Gobierno, hechos que derivaron en su arresto.
Posteriormente, la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León informó que un juez de control determinó su vinculación a proceso por cinco delitos: desorden público, daño en propiedad ajena, daño agravado, resistencia de particulares y delitos contra instituciones oficiales y servidores públicos. El proceso se llevará a cabo bajo la modalidad de arraigo domiciliario, con uso de brazalete electrónico, y tendrá una duración inicial de dos meses para la investigación complementaria.
Desde la perspectiva de las autoridades, la detención fue consecuencia de actos específicos de violencia durante la manifestación; sin embargo, esta narrativa ha sido ampliamente cuestionada por familiares, activistas y organizaciones civiles.
Colectivos denuncian abuso de autoridad
Diversos colectivos ciudadanos y la familia de Luis ‘N’ aseguran que su detención estuvo plagada de irregularidades. Una de las principales denuncias es que, tras su arresto, el activista permaneció incomunicado durante dos días, sin acceso a su familia ni a representación legal inmediata.
La esposa de Luis, Kelly Torres, expresó públicamente su preocupación por no haber recibido información alguna sobre su paradero en ese lapso. Además, los colectivos señalaron que el detenido contaba con un amparo vigente que, afirman, fue ignorado por los elementos de Fuerza Civil en el momento de su captura.
Las acusaciones de abuso de autoridad no se limitan a la forma en que fue detenido, sino que también incluyen el trato recibido posteriormente, lo que, de acuerdo con los denunciantes, constituye una violación a los principios básicos del debido proceso y a los derechos humanos.
Organizaciones de la sociedad civil han exigido que el caso sea seguido de cerca por instancias independientes para garantizar la transparencia en el proceso y sancionar cualquier irregularidad cometida durante la detención.
Protestas exigen respeto a la protesta social
La detención de Luis ‘N’ generó una nueva movilización apenas dos días después de los hechos. Aproximadamente medio centenar de personas se concentraron frente al Palacio de Justicia para exigir su liberación y demandar respeto al derecho de protesta.
Durante la manifestación, los inconformes bloquearon momentáneamente las avenidas Rodrigo Gómez y Fidel Velázquez, reclamando el cese de la criminalización hacia quienes ejercen su derecho a la libre expresión. Entre las consignas que se escucharon estuvieron “Protestar no es delito” y “Exigimos justicia para Luis”.
Los manifestantes también expresaron su preocupación por el endurecimiento de las respuestas gubernamentales frente a las protestas ciudadanas, haciendo énfasis en que acciones como las que llevaron a la detención de Luis podrían desalentar futuras expresiones legítimas de inconformidad.
Mientras tanto, el gobierno estatal y la Fiscalía defienden la legalidad de la detención y del proceso judicial iniciado, sosteniendo que la intervención de la Fuerza Civil respondió a actos de violencia registrados durante la protesta.
El caso de Luis ‘N’ se ha convertido así en un nuevo referente para evaluar el equilibrio entre la seguridad pública y el respeto a los derechos civiles en Nuevo León.
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