El día de ayer, dos oficiales de la Policía Municipal de Guadalupe fueron asesinados y otros dos resultaron heridos en un ataque armado ocurrido en la Colonia Ampliación Nuevo México, ubicada en las faldas del Cerro de la Silla. Los agentes fueron emboscados mientras acudían a atender un reporte de disparos en el cruce de las calles Esther Mena y José López Portillo alrededor de las 11:00 horas.
Los atacantes, armados con al menos un rifle de asalto, recibieron a los oficiales a balazos, causando la muerte instantánea de dos de ellos. Los agresores, quienes aparentemente ya estaban preparados para el ataque, lograron huir antes de que las autoridades pudieran responder.
Identificación de las víctimas y el impacto en Guadalupe
Las víctimas fatales fueron identificadas como José Eduardo López Campos, de 39 años, quien llevaba siete años en la Policía Municipal, y Francisco Montero Pérez, de 44 años, quien tenía once años de servicio. Ambos oficiales fueron destacados por su profesionalismo y compromiso con la comunidad.
El ataque ha generado gran conmoción tanto en la comunidad de Guadalupe como entre sus compañeros de trabajo. La violencia sufrida por estos agentes pone en evidencia los riesgos a los que se enfrentan los oficiales de policía en Nuevo León, un estado que ha experimentado un aumento en la violencia relacionada con el crimen organizado.
Los heridos y la respuesta de las fuerzas de seguridad
Los otros dos policías heridos, uno de ellos gravemente tras recibir impactos de bala y el otro por caer al intentar resguardarse, fueron atendidos de inmediato. Su identidad no ha sido revelada, pero se sabe que su condición fue estable al cierre de la jornada.
Tras el ataque, uno de los oficiales heridos logró pedir apoyo a través de su radio, lo que permitió una rápida movilización de las fuerzas de seguridad, aunque los agresores lograron escapar por las áreas montañosas cercanas al Cerro de la Silla. Hasta anoche, no se había logrado capturar a los atacantes.
La creciente violencia en Guadalupe y todo Nuevo León
Este ataque se suma a la alarmante tendencia de violencia que ha afectado a la región. Con las muertes de ayer, ya son cuatro los policías que han perdido la vida en lo que va del año en Nuevo León. El primer caso ocurrió el 12 de enero, cuando un policía de Linares fue asesinado durante un ataque similar. Posteriormente, el 26 de enero, un agente ministerial falleció en un hospital tras ser herido en un operativo de rescate de un comerciante secuestrado en García.
La creciente violencia en el Estado ha generado preocupación tanto entre la población como entre las autoridades locales. La presencia de grupos del crimen organizado y la falta de control en algunas áreas han aumentado los riesgos para los oficiales de policía, quienes constantemente enfrentan ataques y emboscadas.

La necesidad de soluciones para garantizar la seguridad
Este trágico suceso subraya la urgencia de una estrategia más eficaz para garantizar la seguridad de los ciudadanos y las fuerzas de seguridad en Nuevo León. Las autoridades estatales y municipales han sido criticadas por no haber logrado contener el auge de la violencia, y se esperan respuestas claras para abordar esta situación.
En un contexto de creciente inseguridad, la sociedad civil y los líderes comunitarios han pedido una mayor cooperación entre los distintos niveles de gobierno, así como un fortalecimiento de las políticas de prevención y combate al crimen organizado. Es crucial que las autoridades trabajen en conjunto para reducir los índices de violencia y garantizar la protección de quienes arriesgan sus vidas para servir a la comunidad.
Reacciones a la violencia y la solidaridad con los afectados
El asesinato de los oficiales ha generado una ola de reacciones, tanto de los ciudadanos como de organismos de derechos humanos. Líderes locales han expresado su solidaridad con las familias de los agentes fallecidos y han solicitado que se haga justicia lo más rápido posible. Además, se han convocado manifestaciones en las que se exige mayor protección para los oficiales de policía y para los residentes de las zonas más afectadas por la violencia.
Este ataque ha puesto de relieve la situación crítica que enfrentan las autoridades de Nuevo León, y ha resaltado la necesidad de medidas urgentes para frenar la violencia en el estado.
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